lunes, 8 de octubre de 2007

Mis albores en Canadá (I)

He desarrollado este blog con la finalidad de poder compartir con amigos(as) algunas impresiones personales sobre Canadá...

... Una gran amiga, Ma. Luisa Rios de Mil Sabores antes de salir me animó a escribir mis experiencias, tanto en el formato en línea como en formato impreso de su revista. Con este escrito comenzaré un seriado sobre mis primeras impresiones sobre Canadá desde los inicios de nuestra decisión de emigrar, su gente, sus costumbres y ahondar sobre los venezolanos que andan por estas tierras y que decidieron por diferentes razones, muy válidas dadas las circunstancias, emigrar hacia otras latitudes buscando un nuevo proyecto de vida.

El Comienzo…
¿Qué me motivó a venirme a estas lejanas tierras?, bueno el buscar un futuro seguro, lleno de oportunidades y de manera legal. Lo que hicimos en familia fue evaluar las opciones y determinamos que ir de manera legal a otro país es el camino correcto, aunque puede tomarse un poco de tiempo y algo de dinero, en algunos casos. Así que empezamos nuestro periplo aplicando para residente permanente hacia Canadá porque nos atrajo la oferta de cómo obtener la residencia permanente. El proceso (desde que oficialmente entraron los documentos con sus recaudos a la embajada) hasta que nos llamaron para los exámenes médicos tomó 14 meses. Desde que te haces los exámenes hasta que te llaman para decirte que vayas a recibir tus documentos de inmigración y sello de pasaporte, toma a lo sumo 2 semanas más. El recabar todos los recaudos solicitados al inicio como grupo familiar puede tomar (haciendo énfasis en su consecución) 1 mes cuando mucho ó 2 si no eres tan diligente. El punto está en tener la determinación de hacerlo una vez que tomas la decisión y luego de someterlo a la voluntad de DIOS. Con ello no quiero decir que ande promoviendo emigración, solo tratamos de buscar una opción diferente como familia.

Ser transparente…
Igualmente, hay que ser muy diáfano en conversar oportunamente con quienes te han tendido la mano amiga en situaciones difíciles. Para mis amigos Sumito Estévez y Héctor Romero, quienes me abrieron su escuela ICC para dar la cátedra de Gerencia Estratégica, materia innovadora para institutos de cocina en Venezuela, y para Eduardo Moreno, amigo y chef insigne del restaurant Shayará, con un talento natural que puede ir fuera de las fronteras del suelo patrio y quien me brindó la oportunidad de entenderlo, entender su cocina y trabajar a su lado para estandarizar las recetas de su autoría, desarrollar los manuales operativos de Shayará y Mandalas y determinar los costos de manufactura de cada uno de los platos ofrecidos, lleguen mis palabras de reconocimiento. Las añoranzas del aula de clases o el trajinar y acontecer diario del restaurant me evocan gratos recuerdos que vienen a mi memoria y que estarán ahí donde quiera que esté.

¿Casualidades?...
Siempre he pensado que las cosas se dan porque DIOS en su voluntad así lo determina y nos pone en nuestro camino personas que en su momento no entendemos por qué nos tropezamos o por qué nos fueron presentados, simplemente el destino hace confluir caminos. En la siguiente entrega les contaré el por qué nada es casual en la vida, sobre todo si está enlazado al destino escogido…

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